Hoy mi pie derecho ha decidido quedarse en la cama. Anoche discutió con el izquierdo. El derecho no recibió de buen grado las protestas del izquierdo por su liderazgo intransigente y el ritmo tan marcial que imprime a cada paso. Le ha declarado la guerra al de izquierdas.
Como mediador y primer afectado del conflicto he hablado cara a cara con los dos. No he conseguido acercar las posturas. Definitivamente, hoy me he levantado con el pie izquierdo.
Allá en lo más alto, acumulando pátinas de polvo en el desván de mi memoria, inspirados entre vapores de naftalina, hoy insisten en salir a morder la luz. Son mis relatos.