Adiós, Adiós.

Desde que murió Victoria, Juan siguió llamando a su móvil cada día. A la misma hora. Con la vaga esperanza de que le contestaría. Al de 25 tonos siempre colgaba. Y así pasaron los años. Y los días. Y los segundos se encogían. Se convirtió en un hábito. Tenía preparado todo lo que le quería decir y no le había dicho en vida. Se lamentaba profundamente de no haberlo hecho nunca. De no decirle que la quería. De no decirle cuánto la echaba de menos cada vez que se iba de viaje. Un buen día Victoria cogió la llamada. No supo qué decirle.

Esta semana te cuento

  • "Funnes el memorioso" J. Borges
  • "El barco de los adioses" P. Neruda
  • "Alegría del cronocopio" J. Cortazar
  • "Splassshf " Quim Monzó
  • "Fábulas de la oveja negra" Augusto Monterroso

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