Allá en lo más alto, acumulando pátinas de polvo en el desván de mi memoria, inspirados entre vapores de naftalina, hoy insisten en salir a morder la luz. Son mis relatos.
Lloviendo lágrimas
Y rompió a llorar. Intensamente. Una tormenta. Un torrente. Encerrado en su habitación enseguida sintió el pánico. Se estaba inundando en lágrimas. Lloraba porque no había aprendido a nadar, se ahogaba en sus lágrimas porque no había aprendido a nadar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Esta semana te cuento
- "Funnes el memorioso" J. Borges
- "El barco de los adioses" P. Neruda
- "Alegría del cronocopio" J. Cortazar
- "Splassshf " Quim Monzó
- "Fábulas de la oveja negra" Augusto Monterroso